Tierra del Fuego - En defensa del trabajo y la soberanía

Tierra del Fuego es la provincia más austral de nuestro país. Su jurisdicción abarca la Antártida Argentina -que como todo el resto del territorio antártico, no tiene fronteras formales- y las Islas Malvinas, ocupadas por Gran Bretaña. Se trata de una ubicación estratégica, en el paso de los océanos Atlántico y Pacífico, además de ser la entrada al “continente blanco”. Es, por lo tanto, un lugar clave para la defensa de nuestra soberanía.

Vaciar la isla
El mes pasado el gobierno nacional anunció el final de los aranceles a la tecnología, lo cual impactaría de lleno en las empresas que están radicadas en la provincia, las cuales se instalaron allí por la Ley 19.640 de Exención Impositiva en el Territorio Nacional de la Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur. Entre los principales beneficios que estipula la ley se encuentran la exención de impuestos nacionales (IVA, Ganancias), el pago reducido de alícuota en impuestos internos y la exención de aranceles a la importación

La norma fue sancionada por el presidente de facto Alejandro Lanusse el 16 de mayo de 1972. En 2007, el gobierno de Cristina Kirchner prorrogó el vencimiento del régimen hasta el 2023; en 2021 el presidente Alberto Fernández amplió el vencimiento hasta el 2038, posibilitando que transcurrido ese término se habilite la prórroga por 15 años más.

Este régimen se creó con la intención de poblar el sur de nuestro país, objetivo que se cumplió, ya que desde su puesta en marcha la población se multiplicó por 13. El duro clima hace que la vida no sea sencilla en una provincia que debe estar poblada para que pueda ser defendida.

Lo que la ley no logró fue darle un mayor impulso a la industria. Las fábricas de la zona ensamblan más de lo que producen. Actualmente el 70% de la cuota de mercado es ocupada por las empresas Newsan y Mirgor, que producen localmente marcas como Sanyo, Atma, Philco, Noblex, SIAM, Sansei ,JVC, Samsung, Lenovo y Motorola, ​aunque también existen empresas como Etercor-Solnik o BGH que producen las marcas de Nokia, LG, Xiaomi y Huawei. El costo fiscal de los beneficios de la ley se estima en 1.567 millones de dólares anuales. El clan Caputo tiene intereses en varias empresas, por lo que está interesado en mantener los beneficios fiscales.

La intervención de los trabajadores
Los gremios de la isla rápidamente se movilizaron, alertando que con esta medida alrededor de 2.000 puestos de trabajos directos están en riesgo, sumados a otros 5.000 indirectos. Sobre una población de 185.000 personas, son números de catástrofe.

Los trabajadores metalúrgicos comenzaron con las asambleas en las fábricas y avanzaron hacia el paro, con la solidaridad de otros gremios como Luz y Fuerza, choferes de colectivos, docentes, estatales, televisión. En total fueron 9 días de paro general en la provincia, con piquetes y movilizaciones. 

La medida fue levantada luego de un acuerdo entre la UOM y las cámaras empresarias, por el que se sostienen los puestos de trabajo en riesgo hasta fin de año. Se trata de un logro precario; la mayor virtud de esta lucha fue que la pelea de los trabajadores puso en la discusión las consecuencias del plan del gobierno, y que mostró un camino para enfrentarlos, con la movilización de los trabajadores a la cabeza. 

Intereses militares
El telón de fondo de esta pelea es la intención del gobierno de Milei de entregar Tierra del Fuego a los intereses de los yanquis.

A fines de abril Milei recibió el almirante Alvin Holsey, comandante del Comando Sur yanqui. Esta visita se suma a la que hizo el año pasado Laura Richardson, quien oportunamente declaró que EEUU debía velar por los recursos de América del Sur. En aquella oportunidad se anunció la creación de una base militar en Tierra del Fuego.

Con este antecedente, Hosley hizo una exploración por el terreno, en miras a la concreción de una base naval integrada, en la que colaborarían las Fuerzas Armadas locales con las norteamericanas. Los yanquis también proyectan tener en la isla un punto de abastecimiento para sus submarinos locales. Luego de su visita a Tierra del Fuego, Holsey hizo una parada en Buenos Aires, donde fue recibido por Milei y el ministro Petri. 

El avance de estos planes ataría a nuestro país a los intereses militares estratégicos de los EEUU, en tiempos en donde se acelera la disputa interimperialista. 

Algunas conclusiones
La lucha de Tierra del Fuego pone de relieve varias de las contradicciones que atraviesan a nuestro país en este momento.

Por un lado está el plan de entrega de nuestra soberanía por parte del gobierno de Milei, que no tiene ningún problema en atacar los intereses del pueblo y de la nación para hacer los deberes con el amo yanqui.

También se expresa la disputa por arriba. Si los libertarios promocionan que sus medidas permitirán bajar los precios de los productos tecnológicos, es en parte porque las grandes empresas radicadas en nuestro territorio descansan en los subsidios estatales para no hacer inversiones de capital. No se trata de una “burguesía nacional” oprimida, sino de monopolios con larga trayectoria, entre los que por ejemplo figuran empresas de la familia Caputo, gran valor de los liberales prendidos a la teta del Estado. 

Que trabajadores y empresas tengan un interés en común no hace que ambos compartan el mismo horizonte. Por ejemplo, la multinacional Midea-Carrier intentó descontar los días de huelga en el pago salarial de mayo, maniobra que fue desbaratada por sus obreros. Las empresas también aprovecharon la crisis para recortar contratos eventuales.

La movilización popular, con los metalúrgicos a la cabeza, marcó un rumbo de pueblada que es el camino a profundizar. Es la lucha de los trabajadores la que puede defender consecuentemente los puestos laborales y la soberanía de nuestro país frente a la barbarie libertaria, sin confiar en el parasitismo de los monopolios. Esto es válido para Tierra del Fuego y para todo el país: se trata de una lucha de la cual los trabajadores debemos sacar conclusiones.

Alexander Kant