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El 28 de mayo volvimos a inundar las calles en distintas ciudades del país, de la mano de miles de jóvenes que colmaron la jornada para exigir por el aborto legal, seguro y gratuito. La marea verde sigue en pie y sobre la base de esa enorme movilización que luego del #8M volvió a levantar sus pañuelos en alto, tenemos que sacarle el corset parlamentario a nuestra pelea para imponer el acceso a un aborto seguro en el sistema de salud y seguir peleando en las escuelas por la aplicación efectiva de la ESI laica y científica. La paralización en el Parlamento continúa y son mayoría las voces de los bloques del Pro y el PJ que sostienen que no se trataría el proyecto de la Ley IVE en medio de la campaña electoral. Mientras, el mismo 28 moría una mujer por haberse realizado un aborto en la clandestinidad. Las elecciones de octubre no nos paran. No especulamos. Seguimos en las calles y en cada lugar de trabajo, barrio y estudio dando pelea contra todos los sectores políticos y reaccionarios celestes que se oponen a nuestro derecho hasta ganar.
Por otro lado, el #3J volvió a ser un día de lucha. Por año consecutivo salimos a las calles, esta vez para volver a decir “No al ajuste de Macri y el FMI”. La movilización en Buenos Aires, con los debates atravesados por la disputa electoral, fue mayormente del activo. Frente a la consigna “Fuera el FMI” surgió un debate que nos dividió entre quienes decimos “No al pago de la deuda” y quienes sostienen que hay que renegociarla. Para nosotras ese dinero, entre otras necesidades populares, debe destinarse a mayor presupuesto para políticas públicas de prevención y asistencia contra la violencia, para trabajo, salud, educación y vivienda digna, que posibiliten autonomía para las mujeres y para el colectivo trasn travesti. En los próximos años se estima que el monto de la deuda a pagar será de 150 mil millones de dólares, mucho más de lo que se estuvo pagando hasta el momento. Esto implica más miseria para el pueblo y más ajuste sobre los presupuestos, salarios, condiciones de trabajo y jubilaciones. Por este motivo, teniendo en cuenta que nos llevamos lo peor de la crisis, romper con el FMI e ir por el no pago de la deuda externa es fundamental también para luchar por nuestros derechos. Finalmente, y tras arduos debates, estas consignas pudieron ser incluidas.
En Córdoba, la “Asamblea Ni una Menos” de la que formamos parte, también llevó entre sus principales consignas la lucha contra el ajuste de Macri, el FMI y Schiaretti, contra la violencia y por el aborto legal, convocando masivamente. En Resistencia (Chaco) comenzamos la jornada concentrándonos en la Municipalidad, acompañando la lucha de la Línea 137 contra la precarización laboral y la falta de presupuesto. Continuamos la movilización junto a la marcha convocada por el “Colectivo Ni una Menos” dirigiéndonos hacia Casa de Gobierno. Luego, nuestra organización siguió marchando hacia la Catedral y la Fiscalía en reclamo por el desprocesamiento de las compañeras judicializadas como Débora Páez. En Rosario, en esta oportunidad, los ejes contra el ajuste fueron protagonistas ineludibles de los debates. Sin embargo el sector más cercano al peronismo armó una movilización a la medida de las elecciones: sin lectura de documento y con una proclama que nunca concretó, dejando que la marcha se diluya sobre el final.
La gran capacidad de convocatoria de este movimiento debe seguir creciendo, en un marco en el que la bronca se manifiesta llenando las calles. Colmar las calles con nuestras movilizaciones es la contracara de las acciones de otras organizaciones que tratan de vaciarlas. Vamos por construir un movimiento de mujeres y feminista rebelde y combativo que aporte en las calles a dar batalla contra el ajuste y este régimen capitalista dependiente que en medio de una profunda crisis arroja toda su podredumbre sobre nuestras espaldas.
En este camino nos tenemos que preparar para participar en el 34° Encuentro en La Plata. Las disputas por el "nombre" a darle actualmente tienen a la Comisión Organizadora dividida. Ante esto sostenemos que no se puede permitir la generación de rupturas del espacio. Entendemos que lo central en realidad, más allá de cómo se desenvuelven los debates dentro de CO, no es la discusión del nombre en sí. Si bien hay discusiones que arrastran años en referencia a cómo desarrollar los Encuentros que pueden estar relacionadas con su denominación, -en este en particular-, lo central es la dirección que va a tomar el mismo en medio de la crisis y la disputa por su salida, junto con la intervención rebelde necesaria para construir una verdadera salida popular. En este sentido los debates expuestos en torno a las jornadas del 28 de mayo y 3J se replican con la magnitud y todo lo que implica organizar un Encuentro.
En medio de la profunda crisis que estamos atravesando, con un ajuste feroz hacia el conjunto del pueblo trabajador que recae con crudeza sobre nosotras, necesitamos un Encuentro combativo y de lucha donde la participación sea masiva y La Plata brinda esa posibilidad histórica. Si no media una intervención popular rebelde que ponga sus condiciones, los principales responsables de la transición política garantizarán los acuerdos con el FMI luego de octubre, y el sometimiento al pago de la deuda externa prolongará el ajuste y sus graves consecuencias en nuestras vidas. Como siempre sostuvimos tenemos que participar todas. La Plata tiene que estar colmada de mujeres de todas las extracciones e identidades que vienen siendo parte de esta pelea, y de todos los frentes de lucha desde los cuales venimos luchando contra las políticas de hambre de este gobierno, que tiene en la imagen de Vidal una de las caras más cínicas del ajuste.
Tenemos historia dentro de la CO dando pelea porque así fuera, como cuando dimos batalla en Chaco contra la discriminación para que nadie se quedara sin participar y por lograr un Encuentro sin compromisos con el gobierno nacional, el provincial y la iglesia; o cuando tuvimos que imponer que la CO se pronunciara por la aparición con vida de Maira Benítez y Santiago Maldonado, contra el silencio cómplice que querían imponer las organizaciones que se hacen llamar “históricas”, con la misma excusa de ahora ante el reclamo por el aborto legal: que a la CO no le compete pronunciarse en cuestiones de agenda, solo en cuestiones organizativas. Posicionarse, pronunciarse y luchar a favor del aborto legal, seguro y gratuito es una decisión política y no de agenda, que la CO puede y debe tomar.
Hay debates, entonces, que no son nuevos. Siempre estuvo presente la tensión respecto de cómo se relaciona el Encuentro –y a través de él, el movimiento de mujeres- con la Iglesia, con los distintos gobiernos y con los proyectos de recambio electoral. Desde ya que es lícito pelear contra esas orientaciones, derecho al cual no vamos a renunciar. Pero la línea delgada entre la delimitación política y la dispersión del movimiento debe ser abordada con la responsabilidad de seguir fortaleciendo un encuentro que tiene en su masividad su mayor potencia.
El Encuentro es una construcción histórica, que siempre ha estado permeable, conmovido y fortalecido por los grandes hechos políticos y las luchas que sacudieron al país, como sucedió con la irrupción del movimiento piquetero y la influencia de la izquierda post 2001. Hoy la marea verde también lo interpela y enriquece y tenemos que poder sumar sus aportes. Respecto a la referencia de si “nacional o plurinacional”, tenemos una posición respetuosa con las compañeras originarias que plantean el debate, sin por ello dejar de señalar el oportunismo de quienes intentan resolver otras disputas a través de este eje. Nuestra posición por caso es internacionalista y la discusión nombrada es mucho más profunda teniendo que ver con la caracterización de país y el Estado Argentino junto a la táctica y estrategia de poder en nuestro país. De hecho, el Encuentro hace tiempo que trasciende con su participación las fronteras argentinas y además hace años cuenta con la participación del movimiento indígena, sin que el nombre lo haya impedido y así debe ser. Tenemos que forjar un Encuentro de mujeres junto a las diversidades y todos los sectores que pelean contra la opresión acorde al momento histórico, pero sin falsear debates. Hacemos un señalamiento a las posiciones reformistas que anteponen la disputa electoral y se concentran más en denunciar a un hipotético gobierno peronista que al gobierno actual de Macri. De lo que se trata, en definitiva, es de poner sobre la mesa si el Encuentro se prepara o no a enfrentar el ajuste de Macri o quien venga.
Hoy miles están esperando ir a La Plata y que hay que ponerse en acción para organizar esa participación y asegurar que el mismo nos encontrará el fin de semana de octubre como hace 34 años. Desde el PRML nos preparamos para construir un Encuentro combativo y de lucha que ante la crisis se pronuncie y prepare acciones desde cada taller y en las calles contra el ajuste de Macri y el FMI, propiciando la intervención por abajo para plantear una salida a la crisis sin atarse a proyectos ajenos. La Plata tiene que decir: “no vamos a pagar la crisis”, “la deuda externa no se paga”, “los recursos son para las necesidades del pueblo y todos nuestros derechos.” ¡Aborto legal ya!
Vamos con toda nuestra fuerza rebelde y combativa a La Plata.
Julia Quinteros
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