Editorial - Derrotarlos desde la lucha obrera y popular

El gobierno de Milei toma aire y avanza en su plan sobre la base del acuerdo con el FMI y de haber salido primero en las elecciones de Caba. Se trata sin dudas de dos elementos a su favor, que sin embargo presentan límites.
La guita del Fondo le permite al gobierno contener al dólar y sostener la inflación oficial a raya, por lo menos hasta las legislativas nacionales. La precariedad del plan se deja ver en el bombardeo de bonos del ministro Caputo para financiar el Estado, al tiempo que no logra acumular las reservas acordadas. El caballito de batalla libertario sigue siendo la baja de la inflación, lograda a costa de una recesión tan brutal como la caída del consumo. Son cada vez mayores los cuestionamientos a la medición que hace el Indec sobre los precios, y llegar a fin de mes es cada vez más difícil.
En cuanto al resultado electoral, el 30% de Adorni es un número exiguo si se tiene en cuenta el alto ausentismo que hubo en la elección. Está lejísimos de haber sido una ratificación popular al proyecto libertario. Le alcanzó para salir con ofensiva a seguir atacando a los trabajadores, a motosierra limpia sobre el Garraham, el Conicet y las universidades, al tiempo que sigue ninguneando a jubilados y discapacitados. 
Haber salido primero también le alcanza para comerse crudo al PRO, en donde varios de sus cuadros negocian los términos de su rendición frente a LLA. Los de Milei avanzan en un armado de la derecha que gane en la Provincia de Buenos Aires, arrastrando a lo que fuera Juntos por el Cambio. Y si bien tienen una perspectiva favorable, las internas por arriba siguen al rojo vivo. Los diputados que aun responden a Macri favorecieron la media sanción al aumento a los jubilados, parándose enfrente de los que responden a Patricia Bullrich y de los libertarios. 
La disputa también es dura dentro del peronismo, con varios intendentes bonaerenses que dan a entender que prefieren perder la elección si eso le da un golpe de gracia a Cristina Kirchner. Por estos días se discute qué hará la Corte Suprema respecto de la causa vialidad, que puede revocar la condena sobre la ex presidenta o ratificarla, lo que significaría inhabilitación y cárcel. Detrás de las dos opciones hay intereses y presiones fuertes. 
Se creen impunes
Una de las primeras medidas del gobierno post elecciones porteñas fue el decreto que limitaba el derecho a huelga en varias actividades, declarándolas esenciales, una norma inconstitucional que contradice las definiciones de la OIT. Metiendo cuña en las internas por arriba -y también, seguramente, velando porque la situación no desmadre antes de tiempo-, la Justicia hizo lugar al amparo presentado por el sindicalismo contra el decreto. El daño que provoca el gobierno es inmenso, pero todavía no hacen lo que quieren.
Peor les fue con el ataque al Garraham. La salvajada contra el hospital pediátrico fue tan alevosa que provocó la inmediata solidaridad popular. Se trata de un tema que, junto al de los recortes en discapacidad o el de las jubilaciones, vuelve a exhibir el altísimo costo para el pueblo del ajuste fiscal que el gobierno agita como bandera. 
Bestialidades como estas son las que permiten que la oposición parlamentaria se reagrupe aprobando una suba en las jubilaciones en Diputados, sorteando incluso la colaboración arrastrada de los aliados dentro del PRO, el radicalismo y el peronismo. Nuevamente el gobierno se expone a vetar una mejora en uno de los sectores más castigados por su motosierra, explicando que “no hay plata”. Mientras tanto, se destapa la olla de los ñoquis en el Pami y la Anses -puestos a dedo para darle fondos a los libertarios-, siguen financiando al ejército de trolls desde el poder ejecutivo y los presupuestos de la Side y de Defensa crecen exponencialmente: se trata de la parte del Estado que no vinieron a destruir.
En el tema Garraham exhibieron toda la miseria de la que son capaces. Primero mintieron con los datos de la planta de trabajadores, justificando el ajuste en supuesto exceso de personal administrativo. Volvieron a mentir con los datos de la canasta básica para bajarle el precio al reclamo salarial. Sin ponerse colorados, sus referentes más pusilánimes salieron a bastardear a la profesión médica. Volvieron a dejar en claro que no les importa nada. Cada día que gobiernen va a significar un daño más profundo para nuestro país y nuestras condiciones de vida. 
Quienes piensen -como los libertarios- que la baja de la inflación es un amuleto mágico, deberían recordar que en diciembre de 2001 era negativa. 
Darle forma a la lucha por abajo
La pelea de los trabajadores frente a los ataques libertarios va tomando envergadura. El techo salarial que impulsa el gobierno es enfrentado en varias ramas, como alimentación, metalúrgicos, estatales, salud y docentes. También se enfrenta la precarización laboral. Fue importante el paro de la federación Marítima y Fluvial, que a fines de mayo paralizó los puertos. Destacó la lucha autoconvocada de la docencia de Catamarca, que se movilizó masivamente para derrotar el decreto precarizador del gobernador Jalil, peronista alineado con el gobierno nacional. 
En Misiones, el acto libertario que iban a encabezar Karina Milei y Martín Menem tuvo que ser suspendido por el escrache de los productores yerbateros, en lucha desde hace varias semanas. En Tierra del Fuego, los metalúrgicos se pusieron a la cabeza de un movimiento popular que, a fuerza de paro general activo, se plantó contra la desregulación de Milei y Sturzenegger, logrando estabilidad laboral hasta fin de año. Se trata de dos luchas en donde los protagonistas identificaron con claridad que el blanco principal a enfrentar es el gobierno nacional.
Persiste la pelea de los jubilados, que sigue ofreciendo un eje articulador de las luchas en curso. Así fue el pasado miércoles, cuando confluyeron en el Congreso el Garraham, el Conicet, la discapacidad y el movimiento de mujeres y diversidades que tomó las calles a 10 años de Ni Una Menos, dando forma a una masiva jornada de protesta. 
Ese camino de confluencia es el que hay que alentar. Al tratarse de un año electoral, ocupa mucho espacio el tema de las listas, los armados, las roscas. Golpearlos electoralmente es un problema que no debe ser subestimado; sin embargo, la principal oposición a la barbarie libertaria sigue estando en la calle. Hay que darle forma a las luchas que se vienen expresando en distintos sectores, y en las que el proletariado viene haciendo su aparición. Hay que impulsar una coordinadora nacional de la resistencia y las luchas, que empuje la más amplia unidad contra el gobierno, peleando para que el combativismo la dirija, poniendo en pie el paro activo nacional para que se vayan.
A 60 años de la fundación de Vanguardia Comunista, el PRML empeña su militancia en estas tareas. Trabajamos para derrotar a este gobierno reaccionario. Lo hacemos para avanzar hacia una salida de bienestar y soberanía, sobre la base de romper lanzas con el capital financiero internacional, los monopolios locales asociados y el imperialismo. Nuestro objetivo de fondo es luchar por la liberación nacional y social, en camino hacia el socialismo.
Agustín Damaso