Elías Semán: la lucha por refundar el partido de la revolución

Jueves, 12. Febrero 2015

En el año del 50 aniversario de la fundación de nuestro partido, bajo el nombre de Vanguardia Comunista (VC), repasamos la trayectoria de Elías Semán, primer secretario general de nuestra organización. En esta nota repasamos el recorrido desde su joven militancia en el socialismo argentino hasta la fundación de VC, trayecto de lucha marcado por la búsqueda de un proyecto revolucionario para la Argentina.

En 1958 el Partido Socialista sufrió la primera de una serie de rupturas. Los motivos de las discrepancias se concentraban en la línea gorila de oposición a Perón y de posterior adhesión al golpe del ‘55. Fundamentalmente desde la juventud se reclamaba avanzar hacia la unidad con el peronismo. Elías Semán era parte de esa ala izquierda del partido.
Las posiciones de este sector se radicalizaron con el triunfo de la Revolución Cubana. Semán conoció esa experiencia en 1960, en uno de los campamentos organizados por el gobierno de la isla. De esa visita dio cuenta en Cuba Miliciana, libro publicado al año siguiente. En sus páginas se puede apreciar el despliegue de la teoría marxista a partir de la cual se analiza, partiendo desde la historia y las relaciones entre las clases, el desenvolvimiento de la política revolucionaria y la movilización de las masas en relación con cada una de las fases de dicho proceso. La conclusión a la que arribaba planteaba la necesidad de unificar al socialismo y el peronismo para la revolución en nuestro país, así como Cuba había alcanzado una síntesis entre el 26 de Julio y el Partido Socialista Popular.
Esta era la orientación del Partido Socialista Argentino de Vanguardia (PSAV). Conformado en 1961, el mismo se proclamaba “socialista, latinoamericanista y fidelista” y se definía como organización “marxista - leninista”. De todas formas, lo central de su política pasaba por el intento de fusionar al socialismo con el movimiento peronista, entendido como la clave para desencadenar la insurrección triunfante. Tras el fracaso de esta línea, el PSAV se dividió en 1964. En ese mismo año Semán publicó dos importantes escritos.
Por aquellos años se desarrolló en nuestro país la experiencia guerrillera del EGP de Jorge Masetti. La misma fue analizada por Semán en “El partido marxista - leninista y el guerrillerismo”, folleto en el que se puede ver la evolución de sus ideas hacia el marxismo - leninismo. A través de la crítica al EGP daba cuenta de los aspectos centrales de la sociedad argentina que hacen al problema de la estrategia: el grado de desarrollo del capitalismo dependiente, la centralidad de los grandes centros urbanos, el peso de la clase obrera y la insurrección como la forma de lucha superior dadas las características de las clases sociales en nuestro país. Al mismo tiempo, cerraba el balance sobre el fracaso del PSAV, delimitando aguas con el peronismo y sentando las bases para la conformación de un partido revolucionario.
Todo ello partía de fijar posición en la polémica chino - soviética desatada en 1962. Este aspecto fue profundizado en “Derrotemos al revisionismo”. Aquí Semán se concentró en la defensa del leninismo, denunciando la línea del Partido Comunista de Argentina (PCA) y criticando las tesis y la práctica del Partido Comunista de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (PCUS) bajo la dirección de Nikita Krushchov, para enfatizar, al igual que en el trabajo anterior, en la necesidad de reconstruir el destacamento revolucionario del proletariado argentino.
Estas dos publicaciones sentaron las bases políticas e ideológicas para la realización de dicha tarea. Se trataba de un proceso que se producía en varios puntos de América. En Brasil, Perú y Colombia ya se habían conformado partidos leninistas inspirados por las tesis de Mao. Además del prestigio de las revoluciones china y cubana, en ese tiempo también ejercían su influencia las experiencias coreana y vietnamita, además de las luchas de liberación nacional que afloraban en África.
Para aquel año Semán era el director de no transar, que seguía apareciendo bajo la sigla del virtualmente disuelto PSAV. La lucha sin cuartel contra el revisionismo era el tema principal de sus editoriales: de ello dan cuenta títulos como “La epidemia del revisionismo” (15/05/64), “A la cola del movimiento obrero” (10/07/64), “Por la reconstitución del Partido de los Comunistas Argentinos” (15/01/65), etc. El mismo día de la fundación de Vanguardia Comunista, el 5 de abril de 1965, apareció la nota que dio cuenta del paso dado. En aquel primer no transar como vocero de VC se podía leer:
“Nuestro objetivo estratégico es organizar la vanguardia del proletariado, como requisito ineludible para el desarrollo de la revolución argentina... Nos llamamos comunistas porque reivindicamos la historia del comunismo internacional, su ideología y su práctica, de las que reniega el revisionismo, y de las que los marxistas - leninistas hacemos nuestro punto de partida”.
Semán fue electo secretario general del partido, puesto que ocupó por tres años. Quedaba así al frente de un grupo de cuadros integrado, entre otros, por Roberto Cristina, Rubén Kriscautzky y Saúl Micflic; todos ellos convencidos de la tesis marxista acerca de la necesidad de fundir a la intelectualidad revolucionaria con el movimiento práctico de las masas trabajadoras. En aquellos años Semán encabezó la delegación partidaria que viajó a China, en donde el Partido Comunista de China (PCCh) reconoció a VC como organización marxista - leninista. Tras ese viaje, la revista internacional china Pekín Informa publicó un artículo firmado por Semán.
En los esfuerzos por fundirse con la clase, Semán viajó a Rosario para abordar el trabajo sobre el frigorífico Swift, instalándose en sus inmediaciones. Allí conoció, en 1968, a Mario Geller, líder de la la Organización Marxista Leninista, grupo surgido desde el peronismo cookista que se fusionó con VC, dando un importante salto en la acumulación de fuerzas.
Tras su reemplazo por Roberto Cristina en la secretaría general, Semán continuó integrando la dirección nacional hasta su desaparición en 1978.
A pesar de su exterminio y del de tantos compañeros, los enemigos de clase no pudieron apagar el faro de su legado, cuya vigencia nos orienta en el camino de la revolución, así como tampoco lograron destruir a su partido, que a 50 años de su fundación sigue luchando.

Facundo Palacios

Publicado en: 
Jueves, Febrero 12, 2015 - 18:45

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